En esta nueva entrevista de Shirley Rebuffo, nos internamos en la obra de Gonzalo Balparda, un dibujante y escultor uruguayo que viene desarrollando una interesante propuesta en base al metal, concretamente al hierro. Los últimos trabajos de Gonzalo consisten en piezas que va construyendo en base a soldadura de componentes férreos, y que finaliza utilizando barnices, puliendo y oxidando para conseguir el efecto deseado. El resultado son objetos, muchas veces de carácter orgánico con una estética entre el ciberpunk y los biomecanoides (Giger es, no en vano, uno de sus referentes), que conforman una singularidad en el panorama artístico uruguayo, aunque sin escindirse radicalmente de corrientes tan arraigadas en la cultura nacional como el constructivismo de Torres-García, que permea algunas de sus composiciones tridimensionales.
In this new interview by Shirley Rebuffo, we delve into the work of Gonzalo Balparda, an Uruguayan artist and sculptor who has been developing an interesting proposal based on metal, specifically iron. Gonzalo's latest works consist of pieces that he builds by welding ferrous components, which he finishes using varnishes, polishing and oxidizing to achieve the desired effect. The result are objects, often of an organic nature with an aesthetic somewhere between cyberpunk and biomechanoids (Giger is, not in vain, one of his references), which make up a singularity in the Uruguayan art scene, although without radically splitting from currents as deeply rooted in the national culture as the constructivism of Torres-García, which permeates some of his three-dimensional compositions.
________________________________________________________________
Gonzalo Balparda
(Montevideo, Uruguay, 1968-)
Gonzalo Balparda junto a su obra "Gran corazón" / with his work "Big Heart"
Gonzalo Balparda es un artista uruguayo nacido en Montevideo el 23 de Octubre de 1968.
Es Dibujante técnico de profesión, egresado de la Universidad Técnica del Uruguay, Escuela de la Construcción Cayetano Carcavallo de Montevideo.
En 2004 comienza su camino artístico asistiendo a varios talleres, entre ellos el de pintura de Guillermo Fernández (2006), donde encuentra las bases formales de su obra.
Los ejercicios, los "palotes", y las apreciadas charlas de Guillermo, le enseñan a buscar la estructura, la base de toda buena obra.
En 2009 ingresa al Taller Cruz del Sur dirigido por el artista y docente Sergio Viera, al cual concurre hasta 2016 pintando al óleo primero, y participando de sus muestras colectivas hasta 2018.
Guillermo Fernández y Sergio Viera son herederos de la tradición del Taller Torres-García y dejan su impronta en la obra de Gonzalo.
Atraido por el trabajo manual que implica el universo de las formas en la escultura, se introduce en un mundo totalmente nuevo, el del hierro y la soldadura, alternando por un tiempo las dos actividades, la pintura y la escultura en hierro.
A partir de 2012 se vuelca por completo al hierro, investigando técnicas, mejorando sus herramientas y su espacio de trabajo.
Realiza en 2013 su primera muestra individual en Libertad Libros y en 2014 una gran muestra en la sala Jaime Castells Carafí, de la casa de remates Castells.
En 2016 y 2019 participa del Encuentro Internacional de Escultores en Palmar, Soriano.
En 2017 expone en forma individual en la Galería Roma, en Carrasco, Montevideo.
En 2019 realiza, para el Instituto Nacional del Cáncer, una escultura homenaje a su director el Dr. Álvaro Luongo.
En 2020 participa de la Muestra a cielo abierto por los 150 años de la Feria de Tristán Narvaja. En 2021 es invitado por Joaquín Ragni a publicar una obra en la Agenda de Artistas Uruguayos de Editorial Propuesta.
Actualmente trabaja en su taller, ubicado en su casa de barrio montevideano de Palermo. Su obra se conserva en diferentes colecciones particulares.
"Corona / Crown", altura / height: 61 cm., 2019
Entrevista de Shirley Rebuffo
Shirely Rebuffo: Eres dibujante técnico. ¿Esa formación previa te ha sido útil para manejarte con los diseños de la escultura?
Gonzalo Balparda: ¿Qué fue primero el huevo o la gallina? Desde muy chico descubrí que tenía facilidad para el dibujo, ya en el liceo, si tenía buenas notas en geografía o en biología era porque hacia buenos dibujos de mapas, células y músculos. También me iba muy bien en la materia Dibujo y me resultaba fácil entender la tercera dimensión para dibujar en perspectiva. Era natural que derivara en algo relacionado con el dibujo. Al mismo tiempo hacía dijes, collares, cabos de cuchillo o decoraba la parte de atrás de las lapiceras con Parsec (masilla plástica). Me gustaba darles un toque personal a mis cosas. También en esa época, en el Liceo Zorrilla, tuvimos carpintería y otro año trabajamos en cuero. Todo este pasado me sirvió, y como dice la pregunta, me fue muy útil al momento de volcarme a la pintura y luego a la escultura.
"Alas / Wings", altura / height: 44 cm., 2013
"Cascarudo / Beetle", altura / height: 104 cm., 2022
SR: ¿Cuál ha sido el proceso hasta llegar a la escultura y a esta técnica artística de síntesis y representación que realizas con el hierro y los puntos de soldadura?
GB: En el 2004 me propuse seriamente empezar a pintar. Tenía el caballete de mi padre, los pinceles, las acuarelas y óleos de un tío abuelo y puse mi primer lienzo en blanco sobre el caballete. Lo que te puedo contar es que me dí cuenta que precisaba aprender. Fue así como empecé a tomar clases de pintura en un taller de barrio para conocer la técnica. Hice algunas reproducciones de grandes pintores como Da Vinci, Rembrandt, Vermeer o Van Gogh. Luego pasé al taller del maestro Guillermo Fernández, que fue el que con su método y experiencia entrenó mi ojo artístico, por decirlo de alguna manera. Ya no eran más pinceladas al azar, sino que todo tenía sentido, desde el principio al final los trazos tienen explicación y orden para que un dibujo se transforme en una obra. Luego del fallecimiento de Guillermo comencé a ir al taller Cruz del Sur del maestro Sergio Viera. Tanto Guillermo como Sergio son herederos (cada uno con su toque) de la escuela de Torres García. Esa influencia la reconozco en mi trabajo. Pero volviendo al proceso, aunque me gusta mucho pintar, me estaba faltando el hacer algo con las manos. Un día encontré unos fierros viejos en el garaje, le pedí prestada la soldadora a un amigo que me enseñó el manejo, y probé armar algo. Con esta primera pieza se unieron todos mis mundos, La creación, la manualidad, las herramientas, el volumen. Ya no había vuelta atrás. Luego de entrenar la técnica, comenzaron a aparecer esos pequeños toques personales que junto con la enseñanza de mis maestros derivaron en esta serie de trabajos que expuse en julio de 2023 en la sala Carlos Federico Sáez del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
"Gran pez / Big Fish", flejes de barril soldado / welded barrel strapping, 124 cm., 2023
"Gran pez / Big Fish"
SR: ¿En tu trabajo quién tiene más cabida, la espontaneidad o el diseño previo?
GB: Sin duda el diseño previo. Tengo un cuaderno donde dibujo en forma más espontánea. De esos garabatos algunos tienen potencial de convertirse en algo más y otros no. Después que tengo elegida una forma, la voy puliendo de a poco hasta que me conforme. De allí comienza la elección los materiales y el tamaño que tendrá.
SR: Háblame sobre las influencias de otros escultores que hayas tenido.
GB: Me gusta decir que mi trabajo es el resultado de todo lo que he visto, sentido, tocado, escuchado y vivido, entonces decir quienes han influenciado es muy difícil. Incluso han influenciado en mi trabajo aquellos que no me gustan. Pero alguno de los escultores que me gustan y de alguna manera moldean mi trabajo son: Yepes, Podestá, Ounanián, Nantes y las pinturas de Hans Ruedi Giger.
"Guerrero Luna / Moon Warrior", hierro / iron, altura / height: 47 cm., 2013
"Guerrero sol encandilado / Sun Warrior In Dazzling Sunlight", hierro / iron, altura / height: 50 cm., 2013
"Alas / Wings", altura / height: 150 cm., 2022
SR: Cuéntame sobre un día en tu taller.
GB: De los días en el taller te puedo contar que hay dos tipos bien definidos, unos en los que estoy en el proceso creativo, y otros días en los que ya estoy trabajando en la pieza. Estos días en que la mayoría de las decisiones ya están tomadas, son menos exigentes creativamente, lo que resta es soldadura, detalles, terminaciones y acabado. Los días de trabajo que me encuentro en el proceso creativo de una escultura, necesito un tiempo para entrar en ambiente, primero empiezo barriendo y ordenando, pongo música instrumental para que no me distraiga y de a poco me voy concentrado en el trabajo y en la idea. Generalmente se van 30, 40 minutos en preparaciones hasta que llego a un punto al que yo le llamo estado alfa, en el que estoy totalmente concentrado, pensando en el siguiente y el siguiente y el siguiente paso como si fuera una jugada de ajedrez y en el que ya no escucho la música y hasta pierdo la noción del tiempo.
SR: ¿Cuál es tu principal motivación cuando te enfrentas a un nuevo trabajo?
GB: Cuando tengo decidida una nueva escultura mi principal motivación es lograr materializarla, porque ya pasó de la idea al boceto, del boceto al dibujo y además ese dibujo seguramente mutó varias veces hasta llegar a la forma y la estructura principal aceptada, y ver el resultado, que ya visualicé, es lo que me motiva. A medida que la escultura avanza y ya está pronta a cerrarse, quiero llegar a ese momento final con la sensación de satisfacción de haber hecho algo con mis manos, algo que salió de mi mente y pude plasmar en un objeto.
Izq./ Left: "Yanomami", altura / height: 38 cm., 2020
Der./ Right: "Asirio / Asyrian", altura / height: 36 cm., 2019
Exposición "La urdimbre de hierro", Sala Federico Sáez /
The Iron Warp Exhibition, Federico Sáez Hall, Montevideo, Uruguay
SR: ¿En qué estás trabajando en estos momentos?
GB: Estoy trabajando con obras cuyo hilo conductor es formar parte de un bestiario mitad máquina, mitad animal, usando la técnica de soldadura que encontré como lenguaje personal, y siempre tras la búsqueda de formas principales poderosas. Particularmente en este momento estoy trabando en una especie de ciempiés que no quiere llegar a mi mesa de trabajo.
SR: ¿Sueles tener varios trabajos empezados?
GB: Generalmente en la mesa solo trabajo con una obra, por temas de espacio también. Hay ocasiones en que una pieza se tranca o no me gusta cómo va quedando y la dejo por un tiempo hasta que pueda desatar el nudo en el que entré. Lo que sí me pasa a veces, es que cuando una obra es muy grande y me lleva muchos días de soldadura repetitiva y las decisiones ya están todas tomadas, como que extraño la creación, y es en esos momentos que intercalo el trabajo con mi serie de máscaras que me vuelven a la creación por un rato y me divierten mucho.
"Berberecho / Cockle", altura / height: 47 cm., 2020
SR: Cuándo dices "esta obra está terminada", ¿sueles hacerle modificaciones después? o ¿realmente está finalizada?
GB: Generalmente cuando doy por terminada una obra tengo que estar seguro porque vienen otros procesos de finalización como el barniz, el oxidado o el pulido desde los que ya es muy difícil volver. Por mi forma de trabajar, cada paso que doy está muy estudiado y discutido internamente varias veces, aún así, hago algunos cambios durante el proceso si es necesario, pero no una vez que la doy por terminada.
"Máscara perfil / Mask Profile", altura / height: 50 cm., 2020
"Comadreja / Weasel", 67 x 30 x 46 cm., 2021
Gonzalo trabaja moldeando Arte para crear escultura contemporánea mediante el encanto del hierro y la soldadura. Un tipo de obra que ha emergido como un medio expresivo que trasciende las limitaciones tradicionales. Con su habilidad es parte de un conjunto, no muy grande, de artistas del mundo que han forjado nuevas fronteras, literal y figurativamente, explorando la maleabilidad del hierro y la alquimia que ocurre en el proceso de soldadura para crear piezas que juegan entre lo robusto y lo etéreo. Sus obras elaboran un diálogo visual que resuena con la fuerza de la creatividad inherente a la combinación de hierro y soldadura.
El hierro, conocido por su resistencia y durabilidad, se somete a una transformación asombrosa en manos de los escultores contemporáneos. El metal es maleable, permitiendo a los artistas esculpir formas intrincadas y detalladas que desafían las expectativas, llegando incluso a las abstracciones geométricas; el metal cobra vida con una elegancia sorprendente.
La soldadura, como técnica artística, ha elevado la escultura en hierro a nuevas alturas. A través del electrodo el artista fusiona y esculpe, creando conexiones invisibles que dan forma a sus visiones. Cada chispa y cada unión soldada se convierte en un elemento esencial de la obra, aportando no solo la fuerza física necesaria para la consistencia sino también un elemento estético que añade carácter y textura.
Las esculturas de hierro soldado a menudo juegan con el contraste entre el peso físico del metal y la aparente ligereza de las formas creadas. Los artistas exploran la paradoja de hacer que el hierro parezca etéreo y fluido, desafiando las expectativas de lo que puede lograr este material robusto.
Existe una dualidad equilibrada entre la frialdad inherente al hierro y la habilidad del artista para infundir calidez y humanidad en sus obras. A través de la forma y la textura, las esculturas de hierro soldado evocan emociones y narrativas que van más allá de la naturaleza industrial del material.
Con su trabajo Gonzalo Balparda explora temas relevantes, desde reflexiones sobre la relación entre la naturaleza y la tecnología hasta exploraciones de la condición humana. Estas esculturas trascienden la función estética para convertirse en comentarios profundos sobre el mundo que nos rodea. Shirley Rebuffo
"Constructivo Pez II / Constructive Fish II", altura / height: 28 cm., 2013
EL MUNDO ORGÁNICO DE GONZALO BALPARDA
Ricardo Pickenhayn
Según el propio artista, "el presente proyecto 'La urdimbre de hierro', reúne las piezas con las que estuve trabajando en los últimos años. Así desarrollé una obra que nace primero de la idea, y se va construyendo y estructurando a partir de ese punto. Sigo un proceso donde sumo y desarrollo aprendizajes".
La palabra "siderurgia" nos remite directamente a la manipulación del acero, pero pocos saben que ese nombre deriva del origen de este elemento que proviene del espacio sideral.
Las primeras fundiciones que conoció la humanidad fueron el producto de esos mágicos trozos de hierro que, esporádicamente, nos cayeron del cielo en forma de meteoritos.
La mano del hombre transformó esa roca inerte en una parte importante de su propio mundo. Un material que tanto puede ser fuerte y rígido como dócil y flexible.
"El hierro está en nuestra sangre", nos recuerda el escultor Nicolás Márquez. Y efectivamente es la hemoglobina, ávida de oxígeno, la que pinta de rojo la caparazón de este metal.
Gonzalo Balparda es un joven exponente de la escultura uruguaya. De familia motivado por las artes, la música y el humor, cultivó su faceta plástica en el dibujo. Este descubrimiento lo acercó primero a la emblemática figura del maestro Guillermo Fernández y luego al Taller Cruz del Sur del artista Sergio Viera, donde afirmó su vocación por el Arte en un ámbito que defiende el oficio en la solidez de la estructura.
En ambos espacios, Balparda se vincula con la vertiente del Universalismo Constructivo torresgarciano: el cual, en la segunda instancia, viene de la fuerte personalidad del maestro Alberto Delmonte, a la sazón, admirador de esta Escuela y en particular de Edgardo Ribeiro (otro de los fundadores del Taller Torres García).
La obra de Balparda es orgánica en varios sentidos. A diferencia de otros famosos escultores en hierro como Oteiza, Chillida o Serra, quienes abordaron grandes volúmenes de geometría despojada, Balparda prefiere las urdimbres propias de la naturaleza. Concibe planos tejidos con cientos de fragmentos de pequeña escala. Con esta técnica, como en la metáfora de un concierto barroco de geometría, consigue determinar una trama de epidermis que nos recuerda a la cosa viva.
"Busqué mayor libertad en la creación, para poder desarrollar obras desde la idea y no desde el objeto. Usar materiales comunes de la construcción, como chapas, perfiles y varillas, me permitió crear trazos y texturas. La soldadura, a manera de costura, fue dando piel metálica a este imaginario. Surgieron así formas orgánicas cubiertas por esa cáscara de hierro que me traslada a la época de mi infancia".
Otra coincidencia orgánica se da en su temática, siempre atenta a lo terrestre (aunque con una atmósfera superrealista). Por ello, la inspiración vuela por espacios oníricos pero se apoya en un reino animal y en la prospección del espíritu humano.
Su obra es la metamorfosis de este universo material en otro metafísico (que tiene algunas reminiscencias en las fantásticas creaciones del suizo Rudolf Giger).
Escarabajos y polillas, mulitas y comadrejas, peces, moluscos, medusas y mantarayas conviven con otros seres míticos y alados con la ambición de Ícaro. Pero también el hombre (quizás el propio artista) que escudriña su creación tras el disfraz de acero.
Ese es el alter ego de Gonzalo; oculto en la pros-opos o per-sona (término que viene de aquellas máscaras del teatro griego que proyectaban la voz per-sonare (para hacerse oír).
"Las máscaras en muchos casos son claras referencias a culturas antiguas. Siempre me resultaron interesantes por el misterio que implican y la fuerza expresiva que muestran. Se trata de una serie que voy realizando en paralelo a mi obra. Por ello reciben y reflejan influencias de ese imaginario de ficción que caracterizó mi infancia y juventud".
Por último el inefable huevo, que guarda el arcano inicial de la vida. El ciclo sempiterno del místico Uróboros, serpiente que muerde su cola como signo de permanencia infinita.
Aquellos pocos artistas que eligieron el metal como materia predilecta, saben de sus luces y sus sombras.
El hierro, en particular, es blando al fundirse, pero complejo en su manipulación. Toda factura tiene sus riesgos y requiere tanto la fuerza como la delicadeza de un trato sensible.
La soldadura de arco voltaico involucra, además, a la electricidad; elemento que suma misterio al momento de la creación. Cada golpe de corriente es un parto intuitivo en donde el herrero siente cuándo y dónde detenerse.
Tras la oscura pantalla de vidrio añil, vemos el eclipse de esa incandescente perla alquímica. La que derrite el cortocircuito en la punta del electrodo. Solve y coagula son las antípodas responsables de la Opus Magna. Miel metálica que se disuelve; hierro que se consolida.
En los mediáticos y evanescentes tiempos en que vivimos, cada vez es más difícil encontrar almas que sientan el oficio en profundidad. Ello implica "sudar esa gota gorda del esfuerzo cotidiano". Meterse en el mutante escenario en donde las heridas y quemaduras son parte del juego.
Por ello, los nuevos y cómodos artistas contemporáneos prefieren el fácil camino de trasladar un rápido boceto digital (muchas veces extrapolado "inteligentemente" de la obra exitosa de un artista consagrado) y apurarse a concurrir a un taller de corte láser para dignificar esa modesta geometría en el portento de una gran pieza escultórica.
En el paciente trabajo de Balparda no existe este facilismo. En su lugar está el empleo de horas de ardua labor. Como el nido del boyero, cada rama de esta estructura metálica es parte del todo. La fragua del taller contrapone diferentes texturas; ásperas y lisas, cóncavas y convexas, puntos y rayas. En este mundo de alquimia, el particular estoque de electrones es el singular lápiz que esgrime el forjador en su íntima contienda con el acero.
"El arte siempre es cosa seria" (nos recordarían los herederos del Taller Torres-García). Puede ser una práctica lúdica y gratificante pero implica el profundo compromiso para toda una existencia.
En esta nueva era que se avecina, cada vez más próxima a la robótica, el arte es forzado a arrinconarse en islas de pureza espiritual donde unos pocos luchan incansablemente por mantener su autenticidad.
A pesar de las desventajas, alma y oficio perviven como un legado hacia el futuro, para que jóvenes generaciones recuerden lo que verdaderamente importa.
Ricardo Pickenhayn es artista y docente, autor de "Nadayave. Metafísica del Arte Universal".
Texto curatorial para la muestra "La urdimbre del hierro".
Sala Carlos Federico Sáez, Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Montevideo, Uruguay, 7/2023
Ricardo Pickenhayn en "El Hurgador" / in this blog: [Libros de artista (XII)]
"Medusa / Jellyfish", 67 x 120 cm., 2022
Gonzalo Balparda trabajando en su estudio / at work in his studio
Gonzalo Balparda is a Uruguayan artist born in Montevideo on October 23, 1968.
He is a technical draftsman by profession, graduated from the Technical University of Uruguay, School of Construction Cayetano Carcavallo of Montevideo.
In 2004 he began his artistic path attending several workshops, among them the painting workshop of Guillermo Fernandez (2006), where he found the formal bases of his work.
The exercises, the "downstrokes", and the appreciated talks of Guillermo, teach him to look for the structure, the basis of all good work.
In 2009 he enters the Cruz del Sur Workshop directed by the artist and teacher Sergio Viera, where he attends until 2016 painting in oil first, and participating in group exhibitions until 2018.
Guillermo Fernández and Sergio Viera are heirs to the tradition of the Torres-García Workshop and leave their mark on Gonzalo's work.
Attracted by the manual work involved in the universe of forms in sculpture, he enters a totally new world, that of iron and welding, alternating for a time the two activities, painting and iron sculpture.
From 2012 he turns completely to iron, researching techniques, improving his tools and his work space.
In 2013 he had his first solo exhibition at Libertad Libros and in 2014 a large exhibition in the Jaime Castells Carafí room, at the Castells auction house.
In 2016 and 2019 he participates in the International Meeting of Sculptors in Palmar, Soriano.
In 2017 he has a solo exhibition at the Roma Gallery, in Carrasco, Montevideo.
In 2019 he makes, for the National Cancer Institute, a sculpture tribute to its director Dr. Alvaro Luongo.
In 2020 he participates in the open-air exhibition for the 150th anniversary of the Tristán Narvaja Fair. In 2021 he is invited by Joaquín Ragni to publish a work in the Agenda de Artistas Uruguayos of Editorial Propuesta.
He currently works in his studio, located in his home in the Palermo neighborhood of Montevideo. His work is kept in several private collections.
Izq./ Left: "Máscara / Mask", altura / height: 36 cm., 2019
Der./ Right: "Máscara / Mask", altura / height: 35 cm., 2019
Interview by Shirley Rebuffo
Shirely Rebuffo: You are a technical draftsman, has that previous training been useful to you in dealing with sculpture designs?
Gonzalo Balparda: What came first, the chicken or the egg? Since I was very young I discovered that I had a knack for drawing, already in high school, if I had good grades in geography or biology it was because I made good drawings of maps, cells and muscles. I also did very well in drawing and it was easy for me to understand the third dimension to draw in perspective. It was natural for me to derive something related to drawing. At the same time I was making charms, necklaces, knife ends or decorating the back of pens with Parsec (plastic putty). I liked to give my things a personal touch. Also at that time, at Zorrilla High School, we had carpentry and another year we worked in leather. All this past helped me, and as the question says, it was very useful when I turned to painting and then to sculpture.
"Uróboros / Ouroboros", diám.: 43 cm., 2019
"Mantarraya / Manta Ray", 68 x 142 cm., 2018
SR: What was the process that led you to sculpture and to this artistic technique of synthesis and representation that you carry out with iron and welding points?
GB: In 2004 I seriously decided to start painting. I had my father's easel, brushes, watercolors and oils from a great uncle and I put my first blank canvas on the easel. What I can tell you is that I realized that I needed to learn. That's how I started taking painting classes in a neighborhood workshop to learn the technique. I made some reproductions of great painters such as Da Vinci, Rembrandt, Vermeer or Van Gogh. Then I went to the workshop of the master Guillermo Fernandez, who was the one who with his method and experience trained my artistic eye, so to speak. They were no longer random brushstrokes, but everything made sense, from the beginning to the end, the strokes have an explanation and order for a drawing to become a work of art. After Guillermo's death I started going to the Cruz del Sur workshop of the master Sergio Viera. Both Guillermo and Sergio are heirs (each with his own touch) of the Torres García school. I recognize that influence in my work. But going back to the process, although I like painting very much, I was missing doing something with my hands. One day I found some old iron in the garage, borrowed a welder from a friend who taught me how to use it, and tried to put something together. With this first piece all my worlds came together: creation, craftsmanship, tools, volume. There was no turning back. After training the technique, those little personal touches began to appear, which together with the teaching of my teachers resulted in this series of works that I exhibited in July 2023 in the Carlos Federico Sáez hall of the Ministry of Transport and Public Works.
"Mulita / Armadillo", 90 x 42 x 38 cm., 2021
Izq./ Left: "Mosquito 1", hierro / iron, altura / height: 89 cm., 2013
Der./ Right: "Mosquito 2", hierro / iron, altura / height: 64 cm., 2013
SR: Who has more room in your work, spontaneity or previous design?
GB: Without a doubt, the previous design. I have a notebook where I draw more spontaneously. Of those doodles, some have the potential to become something else and others do not. After I have chosen a form, I polish it little by little until I am satisfied. From there I start choosing the materials and the size it will have.
SR: Tell me about the influences of other sculptors you have had.
GB: I like to say that my work is the result of everything I have seen, felt, touched, heard and lived, so to say who has influenced me is very difficult. Even those I don't like have influenced my work. But some of the sculptors that I like and somehow shape my work are: Yepes, Podestá, Ounanián, Nantes and the paintings of Hans Ruedi Giger.
"Polilla / Moth", altura / height: 88 cm., 2019
Obra realizada en base a un dibujo en papel de /
Work based on a drawing on paper by Manuel Espínola Gomez
Manuel Espínola Gómez en "El Hurgador" / in this blog: [Uruguayos (XIII)]
SR: Tell me about a day in your studio.
GB: I can tell you that there are two well-defined types of days in the studio: some days when I'm in the creative process, and other days when I'm already working on the piece. These days, when most of the decisions have already been made, are less demanding creatively, what remains is welding, details and finishing. On working days when I am in the creative process of a sculpture, I need some time to get into the mood, first I start by sweeping and tidying up, I put on instrumental music so that I am not distracted and little by little I concentrate on the work and the idea. Generally I spend 30, 40 minutes in preparations until I reach a point that I call "alpha state", in which I am totally concentrated, thinking about the next and the next and the next step as if it were a chess move and in which I no longer listen to the music and I even lose track of time.
SR: What is your main motivation when you face a new work?
GB: When I have decided on a new sculpture my main motivation is to materialize it, because it has already gone from the idea to the sketch, from the sketch to the drawing, and that drawing has probably mutated several times until it reached the accepted form and main structure, and seeing the result, which I have already visualized, is what motivates me. As the sculpture progresses and is ready to close, I want to reach that final moment with the feeling of satisfaction of having done something with my hands, something that came out of my mind and that I was able to capture in an object.
"Caracol / Snail", altura / height: 100 cm., 2020
"Espiral / Spiral", altura / height: 75 cm., 2018
SR: What are you working on at the moment?
GB: I am working with works whose common thread is to form part of a bestiary, half machine, half animal, using the welding technique that I found as a personal language, and always in search of powerful main forms. Particularly at the moment I'm working on a kind of centipede that doesn't want to reach my work table.
SR: Do you usually have several works started?
GB: Generally on the table I only work with one piece, due to space issues as well. There are times when a piece gets stuck or I don't like the way it looks and I leave it for a while until I can untie the knot I got into. What does happen to me sometimes is that when a work is very large and it takes me many days of repetitive welding and the decisions have already been made, I kind of miss the creation, and it is in those moments that I intersperse the work with my series of masks that bring me back to the creation for a while and I have a lot of fun.
"Copérnico / Copernicus", hierro / iron, altura / height: 64 cm., 2013
SR: When you say "this work is finished", do you usually make modifications afterwards, or is it really finished?
GB: Generally, when I consider a work finished I have to be sure because there are other finishing processes such as varnishing, oxidizing or polishing from which it is very difficult to go back. Because of the way I work, each step I take is very well studied and discussed internally several times, even so, I make some changes during the process if necessary, but not once I finish it.
"Pinza de cangrejo / Crab Claw", 67 x 28 x 140 cm., 2022
Gonzalo works molding art to create contemporary sculpture through the enchantment of iron and welding. A type of work that has emerged as an expressive medium that transcends traditional limitations. With his skill he is part of a not very large group of artists around the world who have forged new frontiers, literally and figuratively, exploring the malleability of iron and the alchemy that occurs in the welding process to create pieces that play between the robust and the ethereal. His works elaborate a visual dialogue that resonates with the strength of creativity inherent in the combination of iron and welding.
Iron, known for its strength and durability, undergoes an amazing transformation in the hands of contemporary sculptors. The metal is malleable, allowing artists to sculpt intricate and detailed forms that defy expectations, even reaching geometric abstractions; the metal comes to life with surprising elegance.
Welding, as an artistic technique, has elevated iron sculpture to new heights. Through the electrode the artist fuses and sculpts, creating invisible connections that give form to his visions. Each spark and each welded joint becomes an essential element of the work, providing not only the physical strength necessary for consistency but also an aesthetic element that adds character and texture.
Welded iron sculptures often play on the contrast between the physical weight of the metal and the apparent lightness of the forms created. Artists explore the paradox of making iron appear ethereal and fluid, challenging expectations of what this robust material can achieve.
There is a balanced duality between the inherent coldness of iron and the artist's ability to infuse warmth and humanity into their works. Through form and texture, the welded iron sculptures evoke emotions and narratives that go beyond the industrial nature of the material.
With his work Gonzalo Balparda explores relevant themes, from reflections on the relationship between nature and technology to explorations of the human condition. These sculptures transcend aesthetic function to become profound commentaries on the world around us. Shirley Rebuffo
"Máscara / Mask", altura / height: 70 cm., 2021
Izq./ Left: "Transferencia en rondana / Transfer On A Washer", hierro / iron, altura / height: 34 cm., 2013
Der./ Right: "Universo I / Universe I", altura / height: 28 cm., 2013
THE ORGANIC WORLD OF GONZALO BALPARDA
Ricardo Pickenhayn
According to the artist himself, "the present project 'The Iron Warp', brings together the pieces I have been working with in recent years. Thus I developed a work that is born first from the idea, and is built and structured from that point. I follow a process where I add and develop learnings".
The word "siderurgy" refers directly to the manipulation of steel, but few know that this name derives from the origin of this element that comes from outer space.
The first foundries known to mankind were the product of those magical pieces of iron that sporadically fell from the sky in the form of meteorites.
Man's hand transformed that inert rock into an important part of his own world. A material that can be as strong and rigid as it can be docile and flexible.
"Iron is in our blood," sculptor Nicolás Márquez reminds us. And indeed it is hemoglobin, hungry for oxygen, that paints the shell of this metal red.
Gonzalo Balparda is a young exponent of Uruguayan sculpture. From a family motivated by the arts, music and humor, he cultivated his plastic facet in drawing. This discovery brought him first to the emblematic figure of the master Guillermo Fernández and then to the Cruz del Sur Workshop of the artist Sergio Viera, where he affirmed his vocation for Art in an environment that defends the craft in the solidity of the structure.
In both spaces, Balparda is linked to the Constructive Universalism of Torres García: which, in the second instance, comes from the strong personality of the master Alberto Delmonte, at the time an admirer of this School and in particular of Edgardo Ribeiro (another of the founders of the Torres García Workshop).
Balparda's work is organic in several senses. Unlike other famous iron sculptors such as Oteiza, Chillida or Serra, who approached large volumes of stripped geometry, Balparda prefers the warps of nature. He conceives planes woven with hundreds of small-scale fragments. With this technique, as in the metaphor of a baroque concert of geometry, he manages to determine a weft of epidermis that reminds us of the living thing.
"I sought greater freedom in creation, to be able to develop works from the idea and not from the object. Using common construction materials, such as sheets, profiles and rods, allowed me to create strokes and textures. Welding, as a way of welding, like sewing, gave a metallic skin to this imaginary. Thus, organic forms covered by that iron shell that takes me back to the time of my childhood emerged".
Another organic coincidence is given in his subject matter, always attentive to the terrestrial (although with a super-realistic atmosphere). Therefore, the inspiration flies through dreamlike spaces but is supported by an animal kingdom and the prospecting of the human spirit.
His work is the metamorphosis of this material universe into a metaphysical one (which has some reminiscences in the fantastic creations of the Swiss Hans Ruedi Giger).
Beetles and moths, armadillos and weasels, fish, mollusks, jellyfish and manta rays coexist with other mythical and winged beings with the ambition of Icarus. But also the man (perhaps the artist himself) who scrutinizes his creation behind the steel disguise.
That is Gonzalo's alter ego; hidden in the pros-opos or per-son (a term that comes from those Greek theater masks that projected the voice per-sonare (to be heard).
"The masks in many cases are clear references to ancient cultures. I have always found them interesting because of the mystery they imply and the expressive force they show. It is a series that I am making in parallel to my work. That is why they receive and reflect influences from that fictional imaginary that characterized my childhood and youth".
Finally, the ineffable egg, which holds the initial arcane of life. The sempiternal cycle of the mystical Ouroboros, a serpent that bites its tail as a sign of infinite permanence.
Those few artists who have chosen metal as their favorite material know its lights and shadows.
Iron, in particular, is soft when melted, but complex in its manipulation. All workmanship has its risks and requires both the strength and the delicacy of sensitive handling.
Electric arc welding also involves electricity, an element that adds mystery to the moment of creation. Each stroke of current is an intuitive birth where the blacksmith senses when and where to stop.
Behind the dark screen of indigo glass, we see the eclipse of that incandescent alchemical pearl. The one that melts the short circuit at the tip of the electrode. Solve and coagula are the antipodes responsible for Opus Magna. Metallic honey that dissolves; iron that consolidates.
In the mediatic and evanescent times in which we live, it is increasingly difficult to find souls who feel the craft in depth. This implies "sweating the fat drop of daily effort". Getting into the mutant scenario where wounds and burns are part of the game.
For this reason, the new and comfortable contemporary artists prefer the easy path of transferring a quick digital sketch (many times "intelligently" extrapolated from the successful work of an established artist) and rushing to a laser cutting workshop to dignify that modest geometry in the portent of a great sculptural piece.
In Balparda's patient work there is no such facile approach. In its place is the use of hours of arduous labor. Like the cowbird's nest, each branch of this metallic structure is part of the whole. The forge of the workshop contrasts different textures; rough and smooth, concave and convex, dots and stripes. In this world of alchemy, the particular electron rapier is the singular pencil wielded by the forger in his intimate contest with steel.
"Art is always a serious thing" (the heirs of the Taller Torres-García would remind us). It may be a playful and gratifying practice, but it implies a deep commitment to an entire existence.
In this new era that is approaching, ever closer to robotics, art is forced to corner itself in islands of spiritual purity where a few struggle tirelessly to maintain its authenticity.
Despite the disadvantages, soul and craft survive as a legacy for the future, so that younger generations will remember what truly matters.
Ricardo Pickenhayn is an Artist and teacher, author of "Nadayave. Metaphysics of Universal Art".
Curatorial text for the exhibition "The Warp of Iron".
Carlos Federico Sáez Hall, Ministry of Transport and Public Works, Montevideo, Uruguay, July, 2023
Gonzalo Balparda en la Sala Sáez durante la exposición "La urdimbre de hierro" /
at the Federico Sáez Hall during The Iron Warp Exhibition
___________________________________________________________________
Sobre los artistas mencionados / About mentioned artists:
Guillermo Fernández: Wikipedia (español / Spanish)
Sergio Viera: Taller Cruz del Sur, Tazart
H. R. Giger: [H.R.Giger (Pintura, Escultura, Diseño, Cine)], [Te Recomiendo (IV)], [Muere H.R.Giger]
Ricardo Pickenhayn: [Libros de artista (XII)]
Nicolás Márquez: Lilia Muniz
Alberto Delmonte: Website
Edgardo Ribeiro: [Recolección (CXLVI-1)], Wikipedia
Jorge Oteiza: [Aniversarios (XL)]
Eduardo Chillida: [Parques de esculturas (IV)]
Richard Serra: [Aniversarios (XLII)]
Manuel Espínola Gómez: [Uruguayos (XIII)]
Se puede acceder a la serie completa de artistas uruguayos aquí /
You can access the complete series of Uruguayan artists here
___________________________________________________________________
Imágenes publicadas con autorización del artista (¡Muchas gracias, Gonzalo!)
Images published here with artist's permission (Thanks a lot, Gonzalo!)
___________________________________________________________________
Shirley Rebuffo es Licenciada en Bibliotecología y Archivología por la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines (Montevideo, Uruguay), Técnica en Museología por la Facultad de Humanidades y Ciencias (opción de Antropología), Objeto, símbolo y espacio en Curaduría. Museología Aplicada y Museología Social – Conceptos, técnicas y prácticas (Campo Grande, BR), Coaching (Campo Grande, BR), Planeamiento Estratégico (Campo Grande, BR), Especializada en libros de artista (Facultad de Humanidades y Ciencias, Uruguay), Periodista cultural (España) y estudiante de arte y pintura con el maestro Eduardo Espino.
Currículum académico y artístico completo aquí.
Shirley Rebuffo has a Degree in Library Science and a Degree in Archivology by the Universitary School of Library and Related Sciences (Montevideo, Uruguay), Technician in Museology by the Faculty of Humanities and Sciences (Anthropology option), Object, Symbol and Spance in Curatorship Applied Museology and Social Museology - Concepts, Technics and Practice (Campo Grande, Brazil), Coaching (Campo Grande, Brazil), Strategic Planning (Campo Grande, Brazil), Specialized in Artists' Books (Faculty of Humanities and Sciences, Uruguay), Cultural Journalist (Spain), and Art and Painting student under Master Eduardo Espino.
Full academic and artistic curriculum here.